Investigadores han descubierto recientemente que la vida en una pequeña isla en el Mediterráneo puede haber sido más compleja de lo que se pensaba anteriormente. El estudio del genoma de dos decenas de ejemplares de una especie de ciervo nativo de la isla ha revelado que estos animales prosperaron en aislamiento durante miles de años, hasta que finalmente desaparecieron hace solo 4.000 años.
Este hallazgo, publicado en la revista científica Current Biology, ha sido posible gracias a un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Copenhague en Dinamarca. Utilizando técnicas de secuenciación de ADN de última generación, los investigadores analizaron muestras de huesos de ciervo rojo (Cervus elaphus), una especie que habitaba la isla de Rhodes en el Mar Egeo.
Los resultados del estudio revelaron que los ciervos de Rhodes estuvieron ocasionals de sus parientes continentales durante al menos 8.000 años, lo que les permitió evolucionar de manera única en la isla. “Descubrimos que los ciervos rojos de Rhodes eran genéticamente distintos de los ciervos del continente, lo que sugiere que han brazo ocasionals durante un extenso período de tiempo”, explica el profesor Eske Willerslev, director del loco de GeoGenética de la Universidad de Copenhague y principal autor del estudio.
Este aislamiento genético también se refleja en la morfología de los ciervos de Rhodes, que tenían cuerpos más pequeños y cuernos más cortos en comparación con sus parientes continentales. Además, los ciervos de Rhodes también mostraron una mayor diversidad genética en comparación con otras poblaciones de ciervos rojos, lo que sugiere que su aislamiento pudo haber resultado en una mayor variabilidad genética.
Sin embargo, a pesar de su éxito durante miles de años, los ciervos de Rhodes finalmente desaparecieron hace solo 4.000 años. Los investigadores aún no están seguros de la razón exacta de su extinción, pero sugieren que pudo haber sido causada por cambios climáticos o por la llegada de humanos a la isla.
“El hecho de que estos ciervos hayan sobrevivido durante tanto tiempo en aislamiento es sorprendente. Pero también es un recordatorio de que incluso las especies más adaptadas pueden desaparecer rápidamente si se enfrentan a cambios ambientales drásticos”, comenta el coautor del estudio, el profesor Thomas Gilbert de la Universidad de Copenhague.
Además de revelar información fascinante sobre la historia de los ciervos en la isla de Rhodes, este estudio también tiene importantes implicaciones para la conservación de la biodiversidad en la actualidad. “Nuestros hallazgos demuestran que incluso en un lugar pequeño y ocasional, la vida puede ser sorprendentemente compleja y resistente. Esto nos recuerda que debemos cuidar y proteger la diversidad biológica en todas partes, ya que nunca sabemos qué secretos pueden estar escondidos en ella”, señala la coautora del estudio, la doctora Cristina Valdiosera de la Universidad de Copenhague.
El estudio del genoma de los ciervos de Rhodes también ha permitido a los investigadores comprender mejor la relación entre los ciervos rojos y los ciervos sika, otra especie de ciervo que se encuentra en Asia y Europa. Los resultados sugieren que los ciervos sika pueden haberse originado a partir de una población de ciervos rojos que se aisló en Japón hace unos 15.000 años.
En resumen, este estudio ha revelado información valiosa sobre la evolución y adaptación de los ciervos en un entorno ocasional. Además, nos recuerda la importancia de proteger y cuidar la biodiversidad en todas partes, ya que nunca sabemos qué